lunes, 22 de noviembre de 2010

La búsqueda de la sanación integral

Los partidarios de la medicina alternativa, sostienen que estas terapias suelen proporcionar a las personas servicios que no se encentran en lo convencional. Acuden a éstas con las expectativas no sólo de curarse de lo físico, sino también de lo emocional y mental.
El tema de la salud se ha transformado en un eje de preocupación entre los chilenos. Ha aumentado el número de consultas médicas, el consumo de fármacos en Chile está entre los más altos de Latinoamérica y el Gobierno satisface la demanda inyectando miles de millones de dólares en la creación de más hospitales.
Los chilenos que se atienden en la salud pública deben hacer largas colas y los de la salud privada desembolsar grandes sumas de dinero. Finalmente la gran mayoría se siente insatisfecha al tener que gastar mucho tiempo o dinero en poder tratar sus enfermedades.
Al no encontrar una solución suficiente en la medicina tradicional nace en la sociedad chilena el interés por la llamada medicina alternativa, fenómeno que hoy cruza todos los estratos socioeconómicos. Ya no sólo son los sectores populares los que acuden al yerbatero ni los grupos de clase alta que practican las tradiciones de culturas orientales.
Un estudio sobre medicina alternativa complementaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que entre 1993 y el 2003 el 71% de los chilenos declaró haber  utilizado este tipo de terapias.
Carmen Luz Pacheco (56 años) buscó en la medicina alternativa lo que no encontró en la medicina tradicional: solucionar su problema de la ansiedad. “Estuve dos años acudiendo a nutricionistas y siquiatras y gastando mucho dinero y nada había sido tan efectivo como la acupuntura”, dice.
La ansiedad que sufría Carmen Luz la tenía con un sobrepeso que estaba afectando tanto a su salud física como mental. En los dos años que tuvo un tratamiento con medicina tradicional logró bajar un máximo de seis kilos que luego volvió a subir. Su ansiedad fue controlada pero no eliminada de raíz, lo que la llevó a buscar otra alternativa. Hoy lleva ocho sesiones de acupuntura y ha logrado bajar 11 kilos y declara que la ansiedad ha desaparecido.
El acupunturista y quiropráctico José Miguel Zaninetti, declara que particularmente para estos temas, la acupuntura actúa como un efecto placebo, en el cual el paciente encuentra apoyo y relajación. Las agujas lo que hacen es influir en el estado de nerviosismo que lleva a la ansiedad ayudando a que el organismo se autorregule. “Hay que aclarar que la acupuntura es un complemento al tratamiento médico que debe seguirse. Por ejemplo, en las dietas para adelgazar se trata de una colaboración para eliminar la ansiedad por comer pero el tratamiento no adelgaza por sí solo”, explica Zaninetti.
“Lo que hace la acupuntura es provocar que el cuerpo humano reaccione a algunas situaciones, que los órganos reaccionen y recuperen  su funcionamiento a través de neuro transmisores. Hay más de tres mil puntos que se pueden utilizar para clavar las agujas y disminuir problemas como las ansiedades, dolores articulares, dolores de muela, problemas digestivos, respiratorios, diferentes trastornos y otras enfermedades como diabetes, hipertensión, entre otras”, dice el acupunturista.
Zaninetti cuando joven fue un destacado atleta en Estados Unidos, que luego de sufrir un grave accidente que acabo con su carrera deportiva fue sanado por la medicina alternativa. “Estuve mucho tiempo con kinesiólogo haciendo muchos ejercicios, pero mis músculos no volvían a ser los mismos, hasta que fui curado por un quiropráctico de la universidad de Nueva York, fue en ese momento cuando decidí estudiar quiropraxia”, destaca.
Esta terapia, que se encarga de la activación de la columna vertebral es una de las 10 terapias alternativas reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y es parte de la medicina tradicional en Estados Unidos. “Las investigaciones de la OMS junto con el Quiropraxtis Asociation han demostrado  que tienen mejoría el 80% de las enfermedades motoras, lo que me parece sorprendente”, expresa Zaninetti.
Lo que recomienda el especialista es hacer la aplicación de distintas terapias en forma coordenada para que exista un mejor resultado y se pueda reestructurar desde el sistema neurovegetativo, esquelético  hasta el muscular. Como en el caso de Zara, una paciente norteamericana de 12 años que al nacer tomó líquido amniótico lo que le produjo una enfermedad que no le permitía hacer ningún movimiento en sus extremidades. Llegó a Chile después de 11 años buscando en la medicina convencional una solución, y hoy gracias a un conglomerado de terapias alternativas, después de siete meses Zara puede sentarse, mover sus manos, producir sonidos e incluso reírse.
“Para mí ver que  la gente que busca sanación se mejora en la medicina alternativa es una maravilla,  el encontrarse con exclamaciones como ¡perdí dos años de tratamiento! Y que hoy sientan que su terapia no es una pérdida de tiempo, es muy gratificante” dice Zaninetti.
Hoy en Chile esta otra medicina conquista un espacio propio e incluso comienza a ser utilizada en hospitales públicos y clínicas privadas, como complemento de las terapias tradicionales. Su enfoque es de una lógica irrebatible: “no somos solo un conjunto de órganos, no somos mente más cuerpo mas entorno. Somos todo eso y mucho más”, dice Zaninetti.
En el afán por alcanzar el bienestar integral los chilenos recurren a terapias que asumen al ser humano como un todo y ven a la enfermedad como un desequilibrio entre los diferentes elementos del organismo. Estas prácticas no se detienen en la curación de un síntoma en específico, sino que se enfocan en el restablecimiento de la armonía corporal que envuelve lo psíquico, lo emocional y lo físico.
Otra de las terapias que reúne estas características es la apiterapia. Ésta se utiliza para la sanación de distintas enfermedades, en la utilización medicinal de la miel de abeja y sus productos, incluyendo el veneno de la abeja, la miel cruda, el polen y la jalea real que tiene una larga tradición como remedio popular para la artritis y otras enfermedades degenerativas.
Guisella Quililongo se dedica a la sanación de enfermedades gracias a la apitoxina, que es el nombre científico del veneno de las abejas. “Lo que resulta más interesante es saber que recientemente se le ha asignado propiedades antiinflamatorias, analgésicas e inmunoestimulantes a la apitoxina. Lo que hace que estos atributos terapéuticos comprueben su eficacia en el tratamiento de una gran variedad de enfermedades”, dice Quililongo.
En una sesión de apiterapia lo primero que se hace es conversar con el paciente, conocer su historial clínico, saber cuál es el diagnostico medico, averiguar sobre sus alergias. Luego se le hace un test de tolerancia, se aplica una picada y se espera 20 minutos para saber cuál es la reacción del paciente, cuando se descarta que el paciente no ha tenido un choque anafiláctico (sobre reacción del cuerpo a la picada de la abeja) se puede llevar a cabo una terapia normal.
La primera sesión son tres picadas, ésta se aplica en un segundo, luego en las otras sesiones se va aumentando de a dos, toda dolencia o enfermedad tienen distinto plazo de tratamiento, por lo que hay un periodo de adaptación del cuerpo a la picada que dura entre tres a cuatro semanas.
“Una paciente que tiene artritis hace 25 años tiene deforme varias partes de su cuerpo y ella llegó a mí con muchos dolores, especialmente durante el invierno. Actualmente llevamos 5 meses una vez por semana y ayer me dijo que estaba casi asintomática, no ha sentido dolores pese al frío. Se siente súper bien y puede hacer una vida que antes no podía”, expresa la terapeuta.
La encuesta de protección social, Microdatos del 2006 reveló que el 61,8% de las personas que han recurrido a la medicina alternativa son mujeres que buscan sanar enfermedades como la artritis, artrosis, várices, enfermedades más recurrentes en mujeres.
La legitimidad de la medicina alternativa y complementaria está dada por su inclusión en instituciones como la OMS y el ministerio de Salud, que en Chile se han visto en la necesidad de reconocer su importancia y regularizar los procedimientos de estas terapias. Así en el 2004 Chile promulgó el “reglamento para el ejercicio de las practicas médicas alternativas como profesionales auxiliares de la salud y de los recintos en que estas se realizan”. En él se reconoce la necesidad de normalizar la situación de las personas y lugares que ofrecen y difunden estas terapias.
Gracias a esto la medicina alternativa en Chile se ha ido incorporando a las diversas instituciones asociadas a la medicina tradicional y su carácter de alternativa ha tendido a ser remplazada por el de complementaria.
En Santiago hospitales como el Barros Luco y el Félix Bulnes ofrecen medicina alternativa, lo mismo que la Clínica las Condes, la Santa María y la Clínica Alemana.
El ministerio de Salud hoy reconoce a las terapias más comunes como la homeopatía, acupuntura, naturopatía, quiropraxia, apiterapia y las terapias florales. Ésta última a partir de esencias florales curativas ayuda a las personas a desligarse de ciertos comportamientos perjudiciales como el tabaquismo,
Técnicas hay muchas, algunas trabajan principalmente los flujos energéticos, otras estimulan áreas específicas del cuerpo, disminuyen dolencias y sanan problemas emocionales. Si bien la efectividad de este tipo de medicina aún no es comprobada científicamente, el alto número de personas que recurren a estos tratamientos demuestra que su utilidad existe y que llegan a lo alternativo al no encontrar una solución en la medicina común.
Javiera Cancino

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